miércoles, 18 de marzo de 2009

Ley de aborto, libertad para elegir

Hay mucha crispación en torno al anteproyecto de ley del aborto entre los diferentes colectivos. El Partido Popular siempre en la opinión contraria a la del Partido Socialista, sea cual sea el tema. La Iglesia compara el embarazo con la extinción del lince ibérico, ¿acaso la salvación de un lince y el aborto se mide por el mismo rasero?

Por lo tanto, el debate de hoy sobre el aborto es como el debate de antaño sobre el voto femenino. Al final se aprobará la ley porque es lo más lógico en un Estado moderno. Al igual que salió adelante el sufragio femenino.

Mientras los colectivos se tiran piedras unos a los otros, parece que nadie se ha dado cuenta de una posible solución. Si la ley de aborto sale adelante, se dará la oportunidad de abortar a los que estén a favor de la legislación, y de no abortar a los que estén en contra. Es decir, habrá libertad de elección.

La renovación de esta ley es absolutamente necesaria. La anterior viene de los años posfranquistas y la vida en España ha evolucionado. Antes se iba a abortar a Londres, ahora se va a clínicas ilegales, donde la seguridad para la madre es muy baja. Si el aborto se va a producir igual, ¿queremos que las mujeres salgan del aborto vivas o con secuelas? Se piensa que se va a abortar como quien parpadea. Un aborto nunca es una situación cómoda para la mujer protagonista, pero si el Estado le da seguridad, el trauma será menor.

En conclusión, si queremos un país moderno, el progreso legislativo es necesario del todo. Y si la salud de ciertas personas también depende de la Administración y no de personas sin licencia ni títulos, mejor.

¡Suerte!

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