miércoles, 7 de enero de 2009

Adiós 2008, adiós.

Podría haber sido peor, la verdad, pero 2008 no fue un gran año precisamente. Me acuerdo como a finales de 2007 estaba seguro de que el año que entraba iba a ser mágico. No lo fue. Aunque tuvo cosas buenas. Si en 365 días no pasa nada decente es para preocuparse.

El primer aspecto positivo lleva nombre de un país: Túnez. Ese viaje cambió muchas cosas en mi vida. Por fin terminé de dar el portazo a la gentuza de antes y encontré mi sitio. Una pena haberlo descubierto tan tarde. Cuando veo más cerca el fin de la Universidad, más agusto estoy. Pero la vida funciona así. Dicen por ahí que más vale tarde que nunca. Ahora estoy con un grupo de gente que me aprecia y me quiere (por lo menos más que antes). Además, son mejores personas. Estoy feliz y por fin no tengo que estar pendiente de si se habla a mi espalda. Hay mucho cobarde suelto.

En el apartado deportivo fue un año complicado con el Ciudad de Alcorcón. Me pasaba los partidos en el banquillo y los entrenamientos sin ninguna motivación. Por suerte (y por las lentillas), en esta nueva temporada la situación ha cambiado. Cuento con la confianza de los entrenadores y la mía propia. Quiero seguir creciendo y aprendiendo.

Pero sin duda, el apartado más amargo de 2008 fue el amor. Hace mucho tiempo que busco a la persona que me haga feliz del todo. Tengo un millón de defectos, pero el corazón sé que no es uno de ellos. Cometo errores para aburrir, pero siempre sin maldad. No sé cuanto tiempo tendré que esperar, pero necesito querer y que me quieran. Eso sí, prometo conocer a la chica en cuestión antes de comenzar algo. Es una de las lecciones que he aprendido.

¡Suerte!

No hay comentarios: