viernes, 30 de enero de 2009

Contigo.

Contigo, quiero estar siempre contigo. Así decía una de las letras de El Canto del Loco. Y es que a tu lado las horas son centésimas de segundo y los meses, minutos. Sólo tú me sacas el niño que llevo dentro. Por la noche de ayer, y por toda esta vida que llevamos juntos, estas palabras van por ti, Tuky.

Éramos muy críos cuando nos conocimos. Apareció una chica tímida pisando el suelo naveño; despacio, pero se demostró que con paso firme. En aquel momento, ni yo ni los naveños pensábamos que serías la revolucionaria de más de mil y un ratos. Acuérdate de esos railes que llevábamos por aparatos; la guerra que dieron. Han sido nuestro único conflicto; y aún no sé por qué, la culpa no fue nuestra.

Luego fuimos creciendo. Tú tuviste tu motivo para que nos separáramos. Sinceramente, que dejaras ese factor fue lo mejor que nos pudo pasar a los demás. Por fin empezamos a disfrutar de tu expontaneidad bañada en inteligencia. Simplemente única.

Por supuesto, no puedo dejar de lado los ratos en Madrid. Noches como la de ayer, ratos en la biblioteca, en la tetería, o comiendo raciones de patatas bravas me dan la vida. Vivan las agujetas que provocan las carcajadas, y viva tú.


¡Suerte!

miércoles, 28 de enero de 2009

La magia de la palabra.

El mundo moderno solo tiene un pilar: las palabras. Sin ellas, nada de lo que tenemos podría ser posible. Da Vinci, por mucho que dibujara, no podría explicar sus inventos; Bill Gates no podría explicar cómo se abren ventanas en un ordenador; Fernando Alonso no podría conducir un Fórmula 1; ni Barack Obama hubiera encandilado al mundo con su oratoria. Las palabras son la base de la comunicación (lógico).

Como ya sabéis, estudio periodismo. Estoy a año y medio de acabar y , si hay suerte, de ejercer profesionalmente. Mis herramientas de trabajo son los ordenadores, los micrófonos, las camaras, las grabadoras, los cuadernos. Pero lo cierto es que estas máquinas se engrasan con palabras.

El pueblo se informa mediante palabras. Por miles de imágenes que se muestren, si no se explican carecen de valor. Pero los informadores deben cuidar su lenguaje. Al igual que se puede transmitir la realidad del mundo, se puede mentir. Las mentiras siempre llevan forma de palabras.

Aquella persona que inventara el alfabeto tiene toda mi admiración. Con las palabras me ha dado la vida y me ha hecho venirme arriba para dar la forma más real a este mundo lleno de locuras que se trasmiten de boca en boca, palabra a palabra.


¡Suerte!

domingo, 25 de enero de 2009

Lisbeth Salander

Sí, es ella. Lisbeth Salander. Es la chica con la que me acuesto todas las noches. La única que me hace caso, porque sin mi mirada ella no existe. Lisbeth es una chica singular, con una personalidad propia caracterizada por el macarrismo industrial que corre por sus venas.

Odia a los hombre que no aman a las mujeres de manera extrema y sueña con cerillas y bidones de gasolina. Por eso la respeto y no la miento. Cada noche estoy con ella. Ahora mismo, está a metro y medio de mí. Y yo encantado.

Suele esconderse entre las páginas de los libros. A veces tarda en aparecer, pero las esperas merecen la pena. Lo malo es que cuando me cuenta su vida, el tiempo vuela. Aún no he escuchado su voz, ni he visto sus ojos, ni la he tocado el pelo. Pero me sobra con imaginarla cada vez que la tinta marca con su nombre la pasta de papel tipo antiguo.

Aunque sé que un día será el final de nuestra historia. No habrá más capítulos que contar ni más historias con las que disfrutar. Se acabará eso de estar en la cama con ella hasta altas horas de la madrugada. Sí, lo admito, vivo enamorado de Lisbeth Salander.

¡Suerte!

viernes, 23 de enero de 2009

La carrera de la rata.

Imagináos a una rata de laboratorio corriendo en una rueda. ¿Lo habéis conseguido? Pues ya sabéis cómo es mi vida. Me muevo, pero no avanzo. Es cierto que me pasan cosas, que vivo momentos buenos, pero no se ha producido un gran cambio en mi vida.
Sólo me queda año y medio de carrera y dos para independizarme en mi piso nuevo. Tengo la sensación permanente de que cuando sea un licenciado emancipado mi vida no estará completa. A mi puzzle le sigue faltando la pieza más importante, esa que lleva el motor del día a día.

No puedo desesperar. No quiero cometer más errores. He aprendido y estoy aprendiendo. Cometeré fallos, pero siempre sin maldad. No soy perfecto y tengo mucho que aprender.

Estoy deseando llegar al momento en el que la rueda se desencaje del eje y pueda echar los pies al suelo. Será entonces cuando camine con paso firme, cepillo de dientes en mano y dispuesto a todo.

¡Suerte!

miércoles, 21 de enero de 2009

El método

Es época de exámenes. Como todos los años, voy con retraso. Ahora mismo he terminado de pasar los apuntes para los exámenes. Y como siempre, a escasos días del primer examen. Este año la tarea ha sido más complicada. ¿Os acordáis de La necesidad de centrarme? Ahí está el motivo. Pero una vez más, he salido adelante y he organizado los próximos días. Y lo que toca ahora es estudiar, pero hasta que no haya presión yo no rindo. Me niego; una vez más.

Hay gente que primero lee los apuntes, luego los relee, más tarde los vuelve a releer, los subraya, los estudia catorce veces y suspende por los nervios. Hay un método más fácil y sencillo, el mío. Lo explicaré por pasos, por eso de que son tiempos de estudios y las cabezas andan modorras.

En primer lugar, se pasan los apuntes a ordenador de las asignaturas de las que te tengas que examinar. Esto hay que hacerlo lo más tarde posible y ocupando la mayor cantidad de horas posibles al día. Hay que hacer todas las asignaturas en el mismo conjunto de horas usadas.

Segundo paso, hasta que tu cerebro no te deje dormir por las noches porque te taladra con la idea de que no te va a dar tiempo estudiar no se toca ni un folio. La necesidad hace a las personas más eficientes. Es el instinto de supervivencia adaptado a la enseñanza.

Tras la noche sin dormir, hay que levantarse todas las mañanas a las diez. Se saca la asignatura del siguiente examen y se estudia. Siempre desde la cama. Llegará la vispera del examen y posiblemente por la noche aún no se habrá terminado de estudiar el temario. Da igual, no pasa nada. Por la noche es cuando mejor se estudia, siempre desde la cama. Con este método no se releen ochenta y tres veces los apuntes. Se estudia una vez a lo bestia, y la noche antes del examen se repasa simplemente leyendo por enecima. Los apuntes deben dormir fuera de la mochila y los más cerca de la cabeza posible.

Por último, la mañana del examen uno se levanta lo más tarde posible. No toca los apuntes durante el viaje a la facultad. Llega tranquilosal examen. Si es difícil no pasa nada, no hay nada que perder. Está septiembre y seis convocatorias más. Respira, se ríe de la gente histérica y al lío.


¡Suerte!

miércoles, 7 de enero de 2009

Adiós 2008, adiós.

Podría haber sido peor, la verdad, pero 2008 no fue un gran año precisamente. Me acuerdo como a finales de 2007 estaba seguro de que el año que entraba iba a ser mágico. No lo fue. Aunque tuvo cosas buenas. Si en 365 días no pasa nada decente es para preocuparse.

El primer aspecto positivo lleva nombre de un país: Túnez. Ese viaje cambió muchas cosas en mi vida. Por fin terminé de dar el portazo a la gentuza de antes y encontré mi sitio. Una pena haberlo descubierto tan tarde. Cuando veo más cerca el fin de la Universidad, más agusto estoy. Pero la vida funciona así. Dicen por ahí que más vale tarde que nunca. Ahora estoy con un grupo de gente que me aprecia y me quiere (por lo menos más que antes). Además, son mejores personas. Estoy feliz y por fin no tengo que estar pendiente de si se habla a mi espalda. Hay mucho cobarde suelto.

En el apartado deportivo fue un año complicado con el Ciudad de Alcorcón. Me pasaba los partidos en el banquillo y los entrenamientos sin ninguna motivación. Por suerte (y por las lentillas), en esta nueva temporada la situación ha cambiado. Cuento con la confianza de los entrenadores y la mía propia. Quiero seguir creciendo y aprendiendo.

Pero sin duda, el apartado más amargo de 2008 fue el amor. Hace mucho tiempo que busco a la persona que me haga feliz del todo. Tengo un millón de defectos, pero el corazón sé que no es uno de ellos. Cometo errores para aburrir, pero siempre sin maldad. No sé cuanto tiempo tendré que esperar, pero necesito querer y que me quieran. Eso sí, prometo conocer a la chica en cuestión antes de comenzar algo. Es una de las lecciones que he aprendido.

¡Suerte!