viernes, 19 de diciembre de 2008

La pausa.

Son días de relax mental; lejos del jaleo que estos días ha invadido mi cabeza y que la ha dejado en zona catastrófica. En apenas unas cuantas horas, la calma es la dueña del lugar.

Voy a tomarme este fin de semana de la forma más tranquila que pueda. Conseguir no pensar en todo aquello que me atormenta en la clave. Para ello, hacer cosas diferentes y estar en sitios diferentes. No quiero más trenes que se van por el horizonte, ni más necesidades de centrarme. Ahora sólo quiero estar agusto y que nadie me moleste.

He dado dos pasos atrás para coger carrerilla y subir las escalerascon más fuerza, sólo así podré llegar a la puerta que hay arriba. No sé lo que se esconde detrás de ella, pero quiero verlo, quiero saber cómo será mi futuro tras este tiempo de tranquilidad. Lo más fácil es que vuelva todo lo anterior, pero siempre hay la esperanza para que la cosa cambie.

Desde hace tiempo, mi obetivo es el de ser feliz (supongo que coincido con muchas personas). Últimamente no lo soy del todo, me faltan varias piezas en el rompecabezas. Las busco y no las encuentro. Pero repito, en estos días paso de todo, sólo quiero paz. Ahora, mi pregunta es, ¿seré capaz?
¡Suerte!

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