sábado, 20 de diciembre de 2008

El olor de la independencia.

Sólo quedan dos años para que me den mi piso, y me vaya a vivir a mi futuro hogar. Sí, soy uno de esos pocos afortunados a los que les toca una vivienda. Como todo, tiene unas ventajas y unos inconvenientes, pero como no está la cosa para quejarse escribiré sobre mis sueños y sentimientos.

Todo esto viene porque hace unos días surgió el tema de mi nueva casa. La verdad que ahora no recuerdo con quien fue la conversación, pero no importa. Mientras hablabamos, mi mente echó a volar y empecé a imaginarme en mi futura nueva vida. La verdad es que en mi cabeza soy la persona ideal para habitar un piso. Ya me estoy viendo reflejado en mi cerebro.

Cuando abra la puerta, veré en mi casa un sitio limpio y ordenado. Amueblado de manera moderna, sin que falte de nada. Si bajo al garage tendré mi BMW 530 negro aparcado en esa plaza de 25 metros cuadrados. Además, tendré un gran trabajo; uno de esos en los que los jefes no agobian porque son buena gente y uno de esos en los que pagan bien por hacer lo que más me gusta.
Eso sí, falta un pilar importante. El mismo que echo de menos en mi vida real. En mi piso ideal estará mi chica ideal, que será intenligente, simpática y guapa. Será la mujer idea. Por fin no estaré solo en la cama por las noches. Ahora, mi pregunta es, ¿cómo hacer realidad este sueño?

¡Suerte!

No hay comentarios: